Y la familia que puede hacer?

La familia es con quien primero interactúa el niño, adquiriendo allí los primeros modelos lingüísticos. Por ello es que tanto la escuela como la familia deben contar con información y actuar en conjunto para la solución del trastorno del lenguaje.
Los principales objetivos que la familia debe lograr para conseguir una buena comunicación con el niño son:
  • Disminuir su nivel de angustia para lograr una plena aceptación.

  • Conseguir la superación de las actitudes negativas que no permiten el desarrollo armónico y global del niño ni la expresión de sus aptitudes y cualidades.

  • Aumentar el sentimiento de competencia paterno/materna. Así, la familia debe convertirse en un agente activo que potencie el desarrollo integral del niño, su autonomía personal y su integración en los distintos contextos.

Las consideraciones generales que deben tener en cuenta los padres, familiares y amigos del niño a la hora de interactuar con él son:

  • Evitar conductas de sobreprotección o de rechazo.

  • Estimular y potenciar sus capacidades.

  • Fomentar su autonomía personal.

  • Reforzar sus logros personales.

  • Proporcionar modelos lingüísticos adecuados.

  • Verbalizar no sólo órdenes y demandas, sino también sentimientos, sensaciones, experiencias y demás.

  • Propiciar un mayor contacto con su entorno social y natural.

  • Tener un nivel de exigencias acorde a su edad y posibilidades reales.

  • Continuar en casa la labor realizada en el centro educativo y por el fonoaudiólogo.

  • Implicarles y hacerles partícipes de la vida familiar.

En cuanto a consideraciones específicas para mejorar la comunicación del niño con TEL tenemos:


  • Adecuar las actuaciones a los intereses y necesidades del niño.

  • Evitar conductas directivas, favoreciendo así las intervenciones del niño.

  • Ajustar nuestro lenguaje, simplificándolo. Esto supone:
    o Hablar más despacio.
    o Pronunciar correctamente sin exagerar ni gritar.
    o Repetir si es necesario y/o intentar decir lo mismo de otra forma.
    o Respetar el turno de palabra.
    o Utilizar gestos naturales para facilitar la comprensión.
    o Adecuar el tamaño y la dificultad de los mensajes al nivel del niño.
    o Utilizar frases simples pero correctas.
    o Evitar enunciados interrumpidos o desordenados.
    o Favorecer la comprensión por parte del niño con preguntas alternativas.
    o Atender y escuchar antes de hablar.
    o No responder por él, dejar que se exprese libremente.
    o Adoptar una actitud positiva frente al niño, alentándole y felicitándole ante sus progresos.

  • Crear situaciones comunicativas donde el niño vea y oiga a la persona con la que habla, y donde se respeten ciertos espacios de tiempo en el que el niño se exprese libremente.

  • Controlar todo tipo de actitud negativa y de ansiedad ante el lenguaje del niño.

  • Evitar riñas, comentarios despectivos o castigos relacionados con el lenguaje.

  • Eliminar correcciones del tipo “eso no es así”. En su lugar repetiremos la frase o palabra de forma correcta, acortando o ampliando sintáctica o semánticamente si fuera preciso.

  • Reforzar sus avances.

Otras referencias. Guía para la Atención Educativa del Alumnado con Trastornos en el Lenguaje Oral y Escrito

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